sábado, 27 de diciembre de 2014



Cuando se apagan los latidos es mas difícil, no sé hasta cuando se puede buscar en los demás lo que nos falta. ¿Qué se puede esperar de algo así?, los que estamos rotos -como nosotros- no tenemos arreglo, ni parece que haya un pegamento lo suficientemente bueno para no desquebrajarnos, porque simplemente querido, ni ellos ni ellas lo son.



Qué de sueños fugaces, y cuántos otros de años, impasibles en el tiempo. Tú desapareciste, igual que mis estrellas, las visitas, como los sueños, cuando son fugaces dañan por dentro, y no hay suficientes canciones de Sabina para remediarlo...

No, hay soledades que se clavan, y sin ti más, más de lo que hubiera podido imaginar. ¿Dónde estás?, no te consigo olvidar y te echo de menos, mucho, tanto que podría hasta perdonarte sólo por una mirada tuya mas, una mirada de las nuestras, de esas cosas que eran nuestras. Con tus ojos todo se veía distinto. Vuelve ya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario